Convertida en un verdadero campo de batalla por la acción terrorista de grupos armados, las regiones del Biobío y La Araucanía, han visto disminuir su atractivo para las inversiones, tanto de capitales nacionales como extranjeros, deprimiendo la actividad económica en la macrozona sur.
Lo anterior genera también un efecto en los emprendedores y la MiPymes, víctimas recurrentes de la violencia, sobre todo de los rubros de transporte, agrícola y forestal, presentes a través de contratistas, subcontratistas y prestadores de servicios, que por años se han visto afectados por la acción terrorista en las regiones del sur.
Recordemos que desde 1990 a la fecha, tanto en el Biobío como en La Araucanía, se consideran no menos de dos mil episodios, donde en la mayoría de los casos, las víctimas son emprendedores en diversos rubros, que han visto sus camiones, maquinarias e instalaciones destruidas por el fuego, provocado por quienes buscan a través del terror, lograr sus oscuros y siniestros objetivos.
Es importante insistir, como tantas otras veces lo hemos dicho, que la quema de un camión, una siembra o un bosque no es gratis. Son años de esfuerzos y dedicación que se esfuman y postergan aspiraciones de una familia, deteriorando el sustento del hogar.
La larga historia de verdaderas tragedias familiares que han enfrentado los emprendedores de la región, suma desde hace unos meses, el turismo de la zona cordillera de Malleco, y costa sur de Arauco, con la quema indiscriminada de cabañas y construcciones destinadas a recibir visitantes.
Para quienes somos víctimas de la violencia rural, y para la ciudadanía en general, es relevante que reflexionemos sobre lo anterior y la nueva Constitución, la cual debe contener los resguardos necesarios que afiancen el rol de las policías, el Estado de Derecho y controlen la presencia de organizaciones destinadas a promover el odio y el terror.
Alejo Apraiz Presidente Asociación de Víctimas de Violencia Rural Avvru Araucanía
Candidato a la Convención Constituyente Distrito 23
