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Prevenir un ACV está en tus manos: Aprende cómo proteger tu salud

En el Día Mundial del Accidente Cerebrovascular, es fundamental recordar que un ACV no es una enfermedad exclusiva de personas mayores ni un simple susto. Es una realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo, dejando secuelas devastadoras y, en muchos casos, arrebatando vidas.

Un ACV ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia el cerebro, privando a las células cerebrales del oxígeno y los nutrientes que necesitan para funcionar. Las consecuencias pueden ser paralizantes: dificultad para hablar, pérdida de movilidad, problemas de visión e incluso la muerte.

Lo más alarmante es que muchos factores de riesgo para el ACV son modificables. La hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol elevado, el tabaquismo y el sedentarismo son algunos de los principales culpables. Adoptar un estilo de vida saludable —como consumir menos sal y alimentos altos en calorías, azúcares o grasas, aumentar el consumo de frutas y verduras, practicar actividad física regularmente (1 hora, 3 veces por semana), controlar la presión arterial, mantener niveles adecuados de azúcar en sangre y colesterol, y dejar de fumar— son medidas preventivas clave.

Pero prevenir no es suficiente. Reconocer los síntomas de un ACV a tiempo es crucial para recibir tratamiento inmediato y minimizar las secuelas. La regla mnemotécnica “FAST” puede ayudarnos a recordar los signos más comunes:

  • Facial: ¿La cara está caída o hay dificultad para sonreír?
  • Brazo: ¿Hay debilidad o entumecimiento en un brazo?
  • Habla: ¿Hay dificultad para hablar o entender?
  • Tiempo: ¡Actúa rápido! Cada segundo cuenta.

Si observas alguno de estos síntomas en ti o en alguien cercano, no lo dudes: llama o acude al servicio de emergencias de inmediato. El tiempo es un factor crítico en el tratamiento de un ACV.

En conclusión, el Día Mundial del ACV nos invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar nuestra salud cardiovascular. Adoptar hábitos de vida saludables, controlar los factores de riesgo y conocer los síntomas de un ACV son acciones que pueden salvar vidas. ¡No esperes a que sea demasiado tarde!