La carta entregada en mano al Mandatario, se menciona los atentados que han ocurrido en la última semana desde la muerte de Camilo Catrillanca
PRESENTE
Señor Presidente:
Desde hace una semana el sur de Chile ha estado convulsionado por actos de violencia. Las provincias de Malleco y Cautín en La Araucanía y Arauco en Bío-Bío han concentrado más de 100 acciones violentas a escuelas, dependencias municipales, dependencias de salud, comercio, universidades, buses, camiones, casas, campos, maquinaria agrícola y forestal.
La violencia ha ido aumentando día a día, y junto con ella la impunidad de quienes eligieron este camino. Carabineros de Chile está absolutamente superado por el accionar de los violentistas, y hoy son atacados e insultados sin que puedan defenderse como correspondería a la fuerza de Orden destinada a prevenir delitos y defender a la ciudadanía. Así mismo ninguna de las medidas hasta ahora tomadas por las autoridades ha tenido resultado.
Hoy los ciudadanos del sur de Chile vemos con espanto que estamos en el abandono frente a la violencia. Ya no se salva nadie, la violencia ha ido adueñándose de zonas rurales y urbanas por igual, como tristemente hemos sido testigos en Ercilla, Victoria y Traiguén. No sabemos dónde será la próxima manifestación, esto es un cáncer que avanza con rapidez y sin piedad y vemos con tristeza y molestia que las medidas necesarias no se toman. La ley de armas ha sido vulnerada con la más absoluta impunidad, como claramente se apreció en todas las filmaciones de diversos medios de comunicación en el funeral de Camilo Catrillanca y en las diversas tomas de caminos y ataques a edificaciones dentro de los radios urbanos y en sectores rurales.
Por este intermedio venimos a solicitarle, como dirigentes de diferentes gremios, agrupaciones y organizaciones, que agote todos los medios que le otorga la ley para restablecer el Estado de Derecho en toda la zona señalada, y de esta forma tender a lograr la paz y sana convivencia tan necesarias y requeridas por toda la comunidad nacional, controlando la situación que hoy, claramente, está absolutamente fuera de todo límite.