Una innovación tecnológica única en el mundo es la que se desarrolla en la central de Generación de Energía Renovable No Convencional (ERNC), COMASA en La Araucanía. Ya que para ello se requerirá habilitar el primer generador de hidrógeno verde en la región y la primera fábrica de amoníaco verde en Chile. Estos dos elementos, mezclados con bio-ceniza de la generadora, y con CO2, darán como resultado fertilizantes verdes únicos en el mundo, producidos en La Araucanía.
El proyecto, tendrá como base bio-ceniza y CO2, subproductos de la generación de energía eléctrica con biomasa, proveniente de los residuos agrícolas y forestales. A continuación, por primera vez se utilizará el hidrógeno y amoniaco verde, para obtener fertilizantes con un alto contenido de nitrógeno, fosforo, potasio más otros macro y micronutrientes, que se espera sean entregados de manera lenta y prolongada en el tiempo a los suelos. Uno de los objetivos de la innovación es determinar si al término de este inédito proceso, se podría obtener fertilizantes con huella de carbono neutral únicos en el mundo, por la manera como se elaboran.
“Esta innovación es un hito a nivel, yo creo, mundial, es la primera vez que se está haciendo, ese es el gran potencial que tiene esta planta. Por eso también aquí, Corfo, está con una inversión importante y nos va a permitir a nosotros como región contar con esta capacidad, que hoy día no tenemos, de producir hasta el 15% de los fertilizantes que se utilizan en la zona, lo que sin duda es un aporte concreto a la seguridad agroalimentaria del país”, destacó el seremi de Agricultura Héctor Cumilaf.
Fertilizante Verde
La iniciativa fue postulada a la convocatoria del año 2023 del Programa tecnológico (PTEC) de CORFO, para el uso y adopción de hidrógeno en la industria chilena, donde obtuvo un financiamiento de $3.250 millones, para la elaboración de 18.000 toneladas anuales de fertilizantes libres de combustibles fósiles en un plazo de 5 años.
“Lo que haremos en una primera etapa, es producir hidrógeno verde, con ese producto se elaborará el amoníaco verde, para después hacerlo reaccionar con la bio-ceniza y que así capture esta sustancia para cambiar sus propiedades, de esta forma el fertilizante que se obtenga tendrá una alta concentración de nitrógeno, que después será liberado en los suelos”, dijo Rodrigo Izquierdo, gerente general de Comasa.
De acuerdo con cifras del Ministerio de Agricultura, nuestro país importa más de un millón de toneladas de fertilizantes, lo que tiene altos costos monetarios y un fuerte impacto ambiental derivado de la huella de carbono emitida en su producción y transporte. Además, el 44% de estos fertilizantes corresponde a urea, que se usa para nitrogenar los cultivos, la que es elaborada a partir de combustibles fósiles.
“Calculamos que con la bio-ceniza y el CO2 que obtenemos como subproducto de la generación de energía eléctrica con biomasa, más el hidrógeno y el amoníaco verde, se podrán producir 18.000 toneladas anuales de fertilizantes verdes, eso es lo que nos planteamos como meta de aquí al quinto año de ejecución de este proyecto”, aseguró el cofundador de la iniciativa, Oscar Neira Parra.
La generación eléctrica necesaria para la producción de hidrógeno y amoníaco verde, se obtendrá a partir de la combustión de productos renovables, como lo son la biomasa forestal y agrícola, cuya huella es carbono neutral, proceso que se realiza en la planta COMASA, ubicada en la comuna de Lautaro. Así el fertilizante resultante, tendría una huella de carbono muy baja, cercana a la neutralidad, y de ser exitosa esta forma de producción, demostraría que los fertilizantes se pueden generar de manera local, en grandes volúmenes, de una manera sustentable y económicamente viable.
El fertilizante nitrogenado se obtendrá gracias a la utilización de amoníaco verde que a, su vez, se producirá a partir de H2V por electrólisis de agua con energía eléctrica renovable. En el caso del fertilizante carbonatado, el proceso capturará el CO2, proveniente de la combustión de biomasa, para producir carbonatos.
El proyecto que se desarrolla en La Araucanía, se enmarca en el objetivo de nuestro país de contribuir a la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero dando cumplimiento a la Ley 21.455 de cambio climático, la cual pretende: “alcanzar y mantener la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero al año 2050”.