La Ley Nº 21.091 establece, en su artículo 2, que las instituciones de educación superior deben orientarse hacia la búsqueda de la excelencia, asegurar la calidad en sus procesos y cumplir con los estándares establecidos por el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior.
Santo Tomás no solo cuenta con una política de aseguramiento interno de la calidad, sino que también declara una gestión de excelencia en su visión institucional.
Nuestros tres ejes de calidad —la pertinencia, la eficiencia y la equivalencia— tienen especial relevancia en nuestras sedes de regiones. Esto implica que lo que hacemos debe responder a las necesidades de cada región; debemos contar con procesos adecuados y los recursos necesarios para alcanzar los objetivos propuestos en nuestro Plan de Desarrollo de Sede de manera eficiente y sostenible; y la formación de profesionales y técnicos debe ser equivalente en todo el país.
La búsqueda de la excelencia y la mejora continua debe ser parte de nuestro quehacer diario, en todos los niveles de nuestra institución y en cada uno de los colaboradores, tanto académicos como administrativos. Nuestro foco debe estar siempre en nuestros estudiantes, porque nuestro propósito es formar personas con las competencias para transformar sus vidas e impactar positivamente en sus entornos.
Esto lo demostramos desde el proceso de admisión, durante los años de estudio, hasta el momento de la titulación. Posteriormente, mantenemos el contacto con nuestros egresados, porque las necesidades de capacitación continúan a lo largo de la vida laboral, ya sea para actualizar conocimientos o para apoyar sus emprendimientos.
No debemos olvidar, además, nuestro compromiso con la región, mediante nuestra función misional de vinculación con el medio, investigación e innovación. El propósito es mejorar la calidad de vida de la comunidad en la que estamos insertos, lo cual da sentido a nuestra labor en Santo Tomás, al aportar al desarrollo sostenible de la Región de La Araucanía.