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Isla del Rey, el desconocido refugio de los alerces más al norte de Chile

El azar llevó a un grupo de investigadores a descubrir en el 2008 una desconocida población de este monumento natural, cuyo hábitat y preservación se favorece por la geografía y barreras naturales que entrega la isla más grande de la Región de Los Ríos.

Considerada la isla más grande de la Región de Los Ríos, “Isla del Rey” cautiva a quienes la visitan por la belleza de un paisaje cruzado por los ríos Futa y Tornagaleones; e inserta en un territorio con una flora y fauna donde habitan ranitas de Darwin, comadrejas trompudas, ejemplares de plantas Valdivia Gayana y los cipreses de las Guaitecas y alerces.

El alerce es una especie protegida y Monumento Natural desde 1976 y está prohibida su tala.

Hasta hace un tiempo se creía que su límite de distribución natural era la Reserva Costera valdiviana, pero hace una década, una investigación publicada en la revista Gayana Botánica y liderada por el Ingeniero Forestal y Doctor en Filosofía en Ecosistemas Forestales y Sociedad, Daniel Soto, Profesor Asistente del Departamento de Ciencias Naturales y Tecnología de la Universidad de Aysén, reveló la existencia de poblaciones de Ciprés de las Guaitecas al norte de la Isla del Rey y constató que además había una abundante presencia de alerces.

De entonces a la fecha, se ha catastrado la existencia de nueve mil ejemplares de esta especie nativa, distribuidas en Áreas de Alto Valor de Conservación (AAVC) de Arauco en Isla del Rey, y en la zona comprendida entre Corral y La Unión. Desde esos días comenzaron a ser censadas gracias al Programa de Monitoreo Continuo de la empresa.

“Es la población más al norte que se ha descrito para el alerce y lo más interesante: está dentro de una isla, lo que le da una relevancia mayor aún. Este es un hallazgo fitogeográfico que expande el límite norte de la población de alerce, la cual se registraba en la Reserva Nacional Valdivia”, dice Daniel Soto.

Los investigadores destacan que la geografía y barreras naturales de la isla generan menor presión y amenazas externas a esta población de alerce, lo que favorece su preservación.